Soledad

Si ya tenia poca confianza en pelear por conseguir cambiar el mundo, cada día pienso que merece menos la pena, es mejor que los cerdos se sigan revolcando en su propia basura, en su inmundicia, en sus perversiones, malos deseos, envidias y egoísmo.
No he cambiado el mundo, pero ya no deseo hacerlo, lo que realmente me preocupa es que me ha cambiado a mi, antes soñaba, creía, confiaba, pensaba, pero según fui creciendo, cada día que pasa, me siento mas triste, mas apagado, ya no brillo como antes, apenas puedo esbozar una pequeña sonrisa.
Te despiertas con el infernal ruido del despertador, deseando seguir descansando, pero no puedes, estas condenado a pasarte 1/3 de tu vida en un lugar que posible mente odies,caminas hacia el trabajo, o hacia tus estudios, y piensas un nuevo día, pero la misma rutina, nada cambia, intentas pensar lo menos posible, para conseguir no ver la realidad tal como es, intentas llenarte de pensamientos positivos, pero sabes que tú eres diferente, no te quieres auto engañar, aunque lo desearías con todo tu corazón.
Intentas que el reloj avance con rapidez, pero te das cuenta que parece que alguien malvado intenta retener las agujas, mientras sigues con tus labores, llega el descanso, comes a toda prisa, para volver corriendo, si llegas tarde, te echaran un discurso largo e interminable, no les importa que no te de tiempo, no es su problema, ellos solo miran por si mismos.
Llegas agotado a tu casa, con ganas de llorar, nadie entiende que te pasa, parece que todos a tu alrededor son felices, pero no entiendes porque tú no, si encima ellos son malos, y tú actúas correctamente, te preguntas porque la vida es tan injusta, pero no encuentras ninguna solida razón, solo consigues desesperar te aun mas.
Vas a un lugar solitario a observar el mar, las estrellas, la luna llena, estas agusto, pero sabes que debes volver, ya se acabo uno de tus pocos momento de placer, si es que has tenido la suerte de poder dedicarte algo de tiempo a ti mismo, en la vorágine de la absurda existencia.
Regresas a tu hogar, nadie te espera, ni si quiera se han dado cuenta de tu ausencia, y te preguntas si acaso le importas a alguien, y dices en tu interior, mejor no lo pienso, porque posible mente a nadie, pero eres reflexivo, te gusta descubrirte a ti mismo, eres demasiado especial para esta vida, así que tu mente decide dar un salto al vacío, y te das cuenta de que realmente nadie te quiere, nadie te extrañara.
Así que decides cenar y preparar las cosas para el día siguiente, te echas a dormir, pero antes pones el dichoso despertador, intentas dormir, pero no puedes, tu alma esta inquieta, y te das cuenta de que ha llegado el momento, quitas las mantas, las sabanas, con rabia y a la vez alegría, te levantas, cojees un papel y un bolígrafo, y escribes, solo necesitaba un abrazo, caminas hacia la ventana, observas como todo el mundo descansa placidamente, ves la ciudad que un día te vio nacer, abres la ventana y decides saltar al vacío, tus ultimas palabras se las lleva el viento.
No encajas, no te preocupes, eres mejor que ellos.